La agrovoltaica —también conocida como agrivoltaica o agrofotovoltaica— es una tecnología emergente que combina de manera sinérgica la producción agrícola y la generación de energía solar fotovoltaica en una misma superficie. Esta integración permite maximizar el uso del suelo, aumentar la rentabilidad económica de las explotaciones y contribuir a los objetivos de transición energética y descarbonización establecidos por la Unión Europea.
Qué es la agrovoltaica y cómo funciona
La agrovoltaica consiste en la instalación de módulos fotovoltaicos en zonas agrícolas, con una disposición, inclinación y altura diseñadas para permitir el desarrollo normal de los cultivos bajo su sombra parcial. Los soportes elevados y las estructuras adaptativas garantizan que la radiación solar se reparta entre la generación eléctrica y la fotosíntesis vegetal, optimizando así la producción dual.
Este sistema puede implementarse de diversas maneras:
• Estructuras fijas elevadas: placas solares situadas a una altura superior a los 2,5 metros, permitiendo el paso de maquinaria agrícola.
• Sistemas móviles o trackers: módulos que cambian de orientación según el ángulo solar, optimizando tanto la producción energética como la iluminación de los cultivos.
• Cubiertas semitransparentes: paneles con tecnología bifacial o con porcentajes de transmisión lumínica específicos para cultivos sensibles.
Beneficios técnicos y económicos de la agrovoltaica
1. Optimización del uso del suelo: Permite obtener energía renovable y producción agrícola de manera simultánea, sin necesidad de desplazar cultivos ni destinar nuevas superficies exclusivas para placas solares.
2. Mejora del microclima agrícola: La sombra parcial generada por los módulos reduce el estrés térmico de las plantas, disminuye la transpiración y ayuda a ahorrar hasta un 20% de agua en riego.
3. Diversificación de ingresos: El productor agrícola obtiene rentabilidad adicional gracias a la venta de energía fotovoltaica, generando una nueva fuente de ingresos estable y previsible.
4. Reducción de emisiones de CO₂: La generación fotovoltaica sustituye fuentes energéticas fósiles, contribuyendo a la economía baja en carbono.
5. Resiliencia ante el cambio climático: La protección parcial de los cultivos frente a fenómenos meteorológicos extremos —como olas de calor o granizadas— mejora la productividad agrícola.
Aplicaciones y cultivos más compatibles
Según estudios del Instituto Fraunhofer para Sistemas de Energía Solar (ISE) y experiencias piloto en España, los cultivos que mejor se adaptan a la agrovoltaica son:
• Viña (viticultura)
• Hortícolas (tomate, pimiento, calabacín)
• Cultivos extensivos de ciclo corto (cereales, leguminosas)
• Frutas y pequeños frutos (fresa, frambuesa, arándanos)
En Cataluña, proyectos piloto han demostrado que la combinación viña + fotovoltaica reduce el estrés hídrico sin comprometer la calidad de la uva, manteniendo la producción eléctrica en niveles óptimos.
Retos y aspectos regulatorios
A pesar de su potencial, la implantación de la agrovoltaica aún enfrenta retos importantes:
• Marco legal y urbanístico: la legislación española y autonómica debe adaptarse para reconocer la agrovoltaica como un uso compatible del suelo rústico.
• Coste inicial elevado: la inversión en estructuras adaptadas es superior a la fotovoltaica convencional, aunque se compensa con rendimientos a largo plazo.
• Integración tecnológica: es necesario un diseño óptimo para evitar el exceso de sombra y maximizar la producción dual.
Actualmente, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) contempla la hibridación de sistemas y la compatibilidad de usos del suelo como estrategias prioritarias para el despliegue renovable hasta 2030.
Perspectivas de futuro en España y Cataluña
De cara a 2025 y más allá, se prevé un crecimiento exponencial de la agrovoltaica gracias a:
• Programas europeos como Horizon Europe y Next Generation EU que financian proyectos de innovación energética.
• Aumento del precio de la energía eléctrica, que hace más atractiva la generación distribuida.
• Presión para optimizar el uso del suelo ante la expansión fotovoltaica y la protección de suelos agrícolas.
Cataluña, con una fuerte tradición vitivinícola y hortícola, y con un tejido agrario altamente profesionalizado, tiene un potencial estratégico para posicionarse como líder en agrovoltaica en el sur de Europa.
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